– “Ola amigo … Ai la loka tiene 360 de la mercadería … Kiere más … Es una genia … Fíjate si el Loko te lleva algún 200 más”
–”Si si jajaja ahora voy para allá … Y el puto me contesto”
–”Si está enfermo dice”
–”Amigo…mñn te veo ando enfermo…organizo para mñn,asi m traen lo d san Carlos”
–”Claro como q no vendiera igual”
–”Jajajaja si”
–”Deja nomás … Cuando nos acomodemos bien … Lo sako cagando”
–”Si hay que quedarse solo con el de San Carlos”
–”Pero claro … Y q maneja la nuestra”
Este intercambio de mensajes -que se reproduce textual- se produjo el 22 de diciembre de 2022 entre Lucas Gabriel Nos, quien era jefe de la Brigada Antinarcóticos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en la ciudad de Esperanza (departamento Las Colonias) y Matías Cosentini, un suboficial a su cargo. Ambos, al igual que la oficial María Belén Muratore que trabajaba con ellos, están detenidos desde el año pasado en el marco de una causa federal que lleva adelante la Fiscalía del doctor Gustavo Onel. Los tres fueron procesados ya por brindar protección a un poderoso narcotraficante de la región al que en realidad debían combatir. Días atrás, peritos de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) lograron reconstruir un chip telefónico de Cosentini que había sido destruido misteriosamente en el depósito de pruebas de la policía y salieron a la luz conversaciones que llevaron la investigación a otro nivel.
Ahora, el funcionario del Ministerio Público Fiscal sostiene que los acusados no sólo brindaban protección al narco, sino que también le compraban droga, que luego repartían entre búnkers de Esperanza y otras localidades del Departamento Las Colonias. Además, la evidencia indicaría que los policías hacían procedimientos contra aquellos que no pagaban las “cuotas” y, de ser necesario, “plantaban” narcóticos para asegurar el resultado. Como si todo esto fuera poco, los investigadores sospechan que parte de lo recaudado “subía” hacia estratos superiores de la fuerza. Los tres policías, el narco Daniel Carlos Segovia y otras personas habrían conformado una asociación ilícita, según determinó el doctor Onel ahora.
Clave
El domicilio de Cosentini fue allanado el 4 de julio del año pasado por pedido del fiscal Ezequiel Hernández, de la Unidad de Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación (MPA). El policía había denunciado el extravío de su arma de fuego reglamentaria y el funcionario del MPA buscaba elementos para determinar si la pistola había sido perdida, vendida o alquilada.
En aquella oportunidad, entre otras cosas, fue incautado y puesto a resguardo el teléfono del sospechoso, que se desempeñaba en la Brigada Antinarcóticos de la AIC en el departamento Las Colonias, pero entonces fue pasado a disponibilidad. Todo esto sucedió antes de que estallara el escándalo en Esperanza.
El aparato iba a ser peritado por esa causa 7 de agosto, pero cuando los expertos fueron a buscarlo la sorpresa fue mayúscula. El celular estaba visiblemente dañado. No se podía encender ni cargar su batería. Además, la tarjeta SIM había sido cortada a la mitad. Ese chip fue ahora recuperado por la Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales “Santa Fe” de la GNA.
Organización
“En este estado del caso, consideramos, con el grado de sospecha requerido que los nombrados Lucas Gabriel Nos, Matías José Cosentini y María Belén Muratore mientras se desempeñaban como comisario -jefe-, suboficial y oficial respectivamente, del Grupo de trabajo “Las Colonias” de la AIC, habrían conformado junto con otras personas (Daniel Carlos Segovia y otros siete sujetos que se dedicaban al tráfico de estupefacientes) una asociación ilícita delictiva de carácter estable, con soporte estructural y división de roles, que habría tenido por objetivo la comisión de distintos hechos ilícitos (…) cuyo fin fundamental y último habría sido el tráfico de estupefacientes con finalidad de lucro, en las localidades que conforman el departamento Las Colonias de la provincia de Santa Fe (fundamentalmente en su cabecera ubicada en la ciudad de Esperanza, aunque también en Franck, Las Tunas, San Carlos, Progreso y San Agustín, entre otras) (…) cuanto menos desde el mes de septiembre del año 2022 y hasta el mes de mayo de 2023 (período de tiempo constatado en virtud de las conversaciones habidas del aparato telefónico de Cosentini)”, explicó el fiscal al solicitar las nuevas indagatorias.
Enemigo íntimo
Con las conversaciones telefónicas que salieron a la luz, los investigadores pudieron reconstruir parte de las maniobras. Así se verificó la hipótesis de que en mayo de 2023 Cosentini había utilizado un vehículo oficial con fines ilícitos, cuando fue a encontrarse en la ciudad de Santa Fe con el traficante Segovia. Por otra parte, entendieron que en realidad no era el narco el que pagaba a la policía por protección, sino Cosentini el que abonaba por la compra de droga que luego iba a ser revendida en los búnkers de Las Colonias.
Los dealers no solo les habrían abonado a los policías el precio del material provisto, sino que también les habrían pagado una “cuota” comprensiva de la “habilitación” para ejercer esa actividad y tener “garantía/protección” en su accionar ilegal.
Como contraprestación, los miembros de la brigada habrían evitado cualquier investigación propia en esos lugares. Además, a los “abonados” les habrían informado sobre investigaciones de otras fuerzas y denuncias que surgían. Entre otras cosas, la fiscalía cayó en la cuenta de por qué varias causas abiertas respecto de puntos de venta en esa zona terminaban con resultados negativos.
Las conversaciones halladas en el celular de Cosentini parecen ser lapidarias.
Nos y Cosentini, el 2 de diciembre de 2022:
C: “Amigo … Cucha la mercadería de los amigos … Serían 19mil los 10graos?”
N : “Ola amigo … claro claro … 190 mil los 100 gramos … Y x lo que dijo la mina … Ellos venden casi 100 gramos cada 2 dias … Y los finde deben bender 1 cuarto seguro … Y amigó … Tenés todo armando?”
C: “Era para el bobo de w pero Plata en mano le dije y ni me contesto … Si amigo recién termine de armar 90 bochitas jajaja”.
Cosentini y W (dealer) el 10 de marzo de 2022:
C: (foto) … Amigo estamos con esto tene cuidado … Avísale a la mina que no salga hacer Delivery nada que los gendarmes andan de civil … Ya te voy a pasar la patente”.
W: (audios)
C: “Ahí los escucho … No no pero los vimos hoy … No van hacer allanamientos … Van hacer controles y chequeo … Pero viste que ustedes están en el centro y ahí van a estar”
Nos y Cosentini, el 22 de febrero de 2023
N: “Amigo … Abisale a nuestra gente de lo k te enteraste … Para q guarden todo … Teléfonos, plata y k no tengan nadan de nada … Pero k no lebanten mucho la perdiz xq sino se cae lo nuestro”
C: “Si si le mande por lo de gendarmería … Encima lo pero de todo qué el vago de gendarmería me saludo como que si me conociera … así quede”.
N: “Ojalá q agan caso … Y k escondan todo … Me trago rica nomás, vo tene la otra … Lo otro deja sin efecto al menos hasta saber que hace g allá”
Indagatoria
Estas conversaciones son apenas una ínfima parte de las halladas en el teléfono de Cosentini.
Por los nuevos elementos reunidos, la Fiscalía solicitó ampliar la declaración indagatoria a Nos, Cosentini y Muratore, y declaración indagatoria a Daniel Carlos Segovia y otras siete personas acusadas de narcomenudeo. El procedimiento se realizó este miércoles en la ciudad de Santa Fe, ante el juez Reinaldo Rodríguez. Todos los involucrados se negaron a declarar. Ahora, el magistrado deberá decidir si procesa o no a los involucrados.
Gravedad institucional
“Los hechos imputados, en cuanto denotan que los policías mencionados se asociaron con narcotraficantes dentro del territorio que debían preservar del delito, revisten una gravedad institucional que no puede soslayarse, ya que comprometen las responsabilidades asumidas por el Estado Argentino en materia de lucha contra el narcotráfico y contribuyen de manera directa a un aumento de la violencia social que impacta en toda la comunidad, pero muy especialmente en personas jóvenes pertenecientes a los sectores sociales más vulnerables”, sostuvo el fiscal Gustavo Onel al solicitar las nuevas indagatorias en el caso.
Sin techo
“Se evidencia que la recaudación de la ‘asociación’ se habría distribuido entre los miembros de la dependencia (Nos, Cosentini y Muratore), quienes mencionaban en las conversaciones que parte del provecho económico obtenido estaba destinado a escalas superiores de la cadena de mando policial, respecto de quienes, al no haberse comprobado hasta el momento una exteriorización conductual compatible con la imputación, esta Fiscalía Federal no impulsará por ahora la acción penal”, explicó el funcionario del Ministerio Público Fiscal.
Joaquín Fidalgo – El Litoral