Luego de la inauguración del actual templo en 1970, la comunidad se despojó de la imagen de una virgen llegada de Suiza que acompañó a los primeros colonos en sus luchas contra la primer epidemia del cólera. Te contamos su historia.
Esta semana nos dimos una vuelta por Biblioteca de Pilar. Entre los libros de nuestro interés, nos llevamos para hojear uno que se llama “Recuerdos de nuestra Colonia, Santa María Norte”, escrito René Raúl Amherdt y MIguel Ángel Albrecht.
Recién vamos por la página 45 de las más de 300 que contiene el título publicado en 2011, y que en su lanzamiento habrá tenido su repercusión luego de tanto relato recuperado.
Entre las primeras historias que divisamos, nos llamó la atención la de la vieja capilla y la causa por la que llegó para reemplazarla, se quedó sin la imagen característica que acobijaba.
Era 1970. A los pocos meses de fundar Santiago Denner la colonia, y mucho antes de que un decreto las separara entre Santa María Norte y Centro (esto va para otra nota), la primer epidemia de cólera en Argentina golpeó las puertas de las colonias recientemente fundadas. Ante este enemigo, los primeros colonos refugiaron sus plegarias en una imagen de la Virgen María que trajeron desde San Jerónimo Norte, y que semana tras semana visitó cada hogar de la zona hasta completar el recorrido y reposar en la escuela.
Ante estos hechos, la comunidad decidió levantar una capilla, la cual inauguró recién en 1880. La imagen quedó ahí, como madre y dueña del lugar. “Se supone que una de las causas que dieron nombre a la Colonia, fue el agradecimiento a la Virgen María, ya que cuando culminó el recorrido, también llegó el fin de la epidemia” dice el libro citado.
Por los próximos 90 años, la Capilla fue el centro religioso de la Colonia, ahí se celebraban las misas semanales, se preparaban a los niños que pasarían luego la comunión en San Jerónimo Norte y hasta se celebraría algún que otro casamiento, como el registrado entre Zunildo Amherdt y Fridda Walker.
Cientos de momentos tristes y felices pasaron alrededor y dentro de la Capilla durante esas 9 décadas, y la imagen de la Virgen siempre firme ahí.
Hasta que en 1969, llegó la idea de reemplazar la misma y levantar un nuevo templo. Mientras las celebraciones se daban en las aulas de la escuela, los hermanos Jacob fueron elegidos para el desafío de cumplir los planos de los arquitectos Zurbriggen y Cuesta. Como anécdota, uno de ellos (Juan) antes de la inauguración se cayó por accidente dentro de un tacho de cal viva y fue internado de urgencia en Santa Fe.
Si seguimos hablando de proveedores o contratados para semejante hecho, podemos agregar que la campana fue comprada a la familia Bellini de San Carlos Centro, los mosaicos a la firma de Natalio Sarur de San Jerónimo Norte, las aberturas las fabricó la empresa Caravario de Franck, mientras que la mano de obra en pintura estuvo a cargo de Luis Salzmann, vecino de la colonia.
Dato no menor, los bancos fueron hechos a medida por la fábrica de pianos La Primera de Pilar, la cual ya por ese entonces realizaba trabajos varios de carpintería en general.
Para afrontar los gastos, se realizaron feria de platos luego de cada misa, remates de materiales, corderos, lechones, pollos y de 199 vaquillonas donadas por distintos productos de la zona, quienes a pesar de la intensa sequía de aquellos meses, no dudaron en colaborar. Tampoco cobró honorarios Rodolfo Kuchen, el rematador.
Quien tampoco quiso poner un número económico a su trabajo, fue el Señor Martín Burcher, encargado de la instalación eléctrica. A cambio solo pidió llevarse la imagen de la Virgen con el Niño Jesús en Brazos, esa que había llegado en barco en 1863. La comisión Pro templo, quizás por el mismo apuro de terminar las obras o sin pensarlo 2 veces, aceptó el trato. El error ya estaba cometido.
Parece ser que para lo que para algunos solo es una estatua de yeso, macilla o madera, para otros esta imagen como tantas otras religiosas no tienen un precio ni tampoco un valor. De la que hablamos se cuenta, fue traída desde Suiza en el año 1863 por los inmigrantes Juan José Inweinkelried y Lorenzo Tscherrig, quienes manifestaron al llegar a San Jerónimo que la misma fue bendecida por un párroco de Brig Glis.
Lo que nadie sabía y que encontraría años después el señor Bürcher, que en su interior, conservaba un documento sellado en Glis (SUIZA), en el que su párroco, Rvdo. Francisco Javier In-Albon, había escrito: “Con la autorización del obispo Ludunense Pedro José de Preux fue bendecida esta estatua por mi (…) en el al- tarde la bienaventurada Virgen María en el campo de Glis, el 15 de abril de 1863, impetrando la Gracia para que también por medio de esta estatua se hagan milagros, que por tantos años fueron hechos en Glis” y quien se anima a mirar para otro lado al leer esto, si un par de párrafos arriba nombramos el milagroso estancamiento del cólera en aquellos primeros años de la colonia.
Lo cierto, según pudimos averiguar, que al fallecer el Sr Martín Burcher, su hija es quien se quedó con esta imagen, la cual fue hace unos años a buscar el Padre Jorge Montini, tratando de convencer a la heredera de tan valioso objeto de devolverla a su lugar, aunque parece ser que no tuvo éxito y hoy, 161 años después de su llegada a América, es un verdadero lamento que esto suceda.
Para finalizar, agregar que el nuevo templo de 10×20 (que hoy queda lastimosamente grande), fue inaugurado el 5 de Abril de 1970, entre autoridades locales, regionales y eclesiásticas. Hubo luego de la ceremonia un gran banquete en el Club Católico de San Jerónimo Norte.
Y como cierra el libro consultado: “Bien merece ser visitada esta obra que, como dijo Mons. Príncipe durante su inauguración, sirvió para la unión de una Colonia que en aquel momento se encontraba dividida por pequeños rencores personales. La construcción necesitó del aporte de todos y hoy sigue siendo el orgullo de la comunidad.”
Recordamos a los integrantes de la Comisión Pro Templo:
Presidente: Alfredo Sattler
Vicepresidente: Celestino Walker
Secretario: Enrique Amherdt
Prosecretario: Waldino Walker
Tesorero: Nildo Fenetz
Protesorero: Benito Tschieder
Vocales: Pío Kuchen, Floriano Neffen, José Magnin
Revisor de Cuentas: René Amherdt
Asesor: P. Silverio Klaus.
EL LEGADO DE LA VIRGEN, DE DIOS Y DEL TRABAJO
En enero de este año se realizó una gran fiesta a beneficio del cambio de techo de la capilla, y como siempre estos eventos tienen buena convocatoria y apoyo debido al arraigo de cientos de familias de la zona con Santa María Norte. Claro está que para que esto suceda, y la misma siga tan linda y en pie, siempre hay detrás un grupo de fieles trabajadores que con el apoyo de la comuna local afrontan los costos fijos y se encargan que la nueva capilla, que este año cumplió 54 años sea igual de admirada que la rica historia de esta colonia.
Pueden seguir las redes sociales de la capilla para estar al tanto de sus actividades y celebraciones, como también por si llegaron a estas líneas y la emoción les hace aflojar el bolsillo y enviar alguna donación, ya que siempre vienen más que bien.
Fuente: Infomercury