Todos cuentan con diversos antecedentes, se conocen de la noche esperancina y del submundo del hampa… Además poseen otro punto en común: su fuerte dependencia a distintos estupefacientes.
Hacemos alusión a un grupo de presos, en su mayoría jóvenes, que están alojados en dependencias de la Unidad Regional XI con asiento en nuestra ciudad y que ahora son noticia otra vez, en este caso por un tema que nadie comentó y recién sale a la luz gracias al portal líder en información y cantidad de visitantes.
De acuerdo a detalles confidenciales, un esperancino de apellido Agüero, con evidentes signos de abstinencia y calificado por altas fuentes policiales y judiciales como “problemático”, tuvo un encontronazo con otro reo.
Para evitar males mayores lo trasladaron a otro calabozo de Comisaría Primera, pero allí se topó con uno de los tristemente célebres hermanos Amaya y en cuestión de horas todo empeoró… De los gritos y acusaciones pasaron a los golpes y se sumaron otros presos, todos contra Agüero, quien a pesar de la intervención policial terminó muy lesionado, especialmente su rostro resultó mudo testigo del salvaje ataque.
Controlada la situación se tomaron varias medidas internas, una de ellas, trasladar al herido para que lo atienda personal de salud y después a la Comisaría de Humboldt, de manera que no tenga contacto con sus conocidos que ahora se transformaron en enemigos.
“El mayor problema para la mayoría de estos sujetos es la abstinencia a la droga, literalmente los enloquece, se ponen muy violentos con los otros reos, sus propios familiares y también con los policías encargados de la custodia”, confió una fuente informativa que conoce de cerca esta situación.
Asimismo se labraron todas las actuaciones correspondientes y se dio conocimiento, como es de rigor, a la justicia competente.
¿Salen peor?
Una de las mayores falencias que posee el sistema desde hace muchos años es que por más que la policía y la justicia actúen, hagan bien su trabajo, la abstinencia de estos sujetos juega un papel central y cuando recuperan la libertad “salen peor, más rebeldes y violentos”, manifestó un abogado esperancino que maneja este tema de primera mano.
Sabemos que algunas instituciones a nivel local hacen lo que pueden dentro de la Unidad Regional XI, pero es evidente que faltan respuestas integrales en particular para los adictos, para los jóvenes que no le encuentran sentido a la vida y al cumplir la pena recuperan la libertad sin ningún tratamiento, por lo que vuelven al ruedo a hacer “lo de siempre”, drogarse y robar, pero en no pocas ocasiones actúan con mayor violencia y un total desprecio por su vida y la de terceros.
Es la historia de nunca acabar, porque a todo ese combo se le suman leyes muy laxas que en innumerables situaciones dejan totalmente desamparadas a las víctimas del accionar de los amigos de lo ajeno.
Fuente: Esperancino.com.ar