Agustina Saint Martin y Melisa Rolón son dos jóvenes fonoaudiólogas santafesinas que realizaron un estudio sobre la influencia de la exposición a las pantallas de los niños pequeños y cómo repercute esto en su lenguaje. El estudio de campo se llevó a cabo en un jardín de infantes de San Carlos Centro, observando a niños de cuatro años.
El estudio buscaba encontrar cuatro aspectos: utilizar palabras del castellano neutro; hablar con el “tú” y el “ti”; una entonación atípica más centroamericana que rioplatense; y la ausencia de yeísmo. El 34% de un total de 40 niños observados mostraron algunas de estas cuatro características.
En paralelo a la observación de los niños, las fonoaudiólogas santafesinas realizaron encuestas a sus padres para conocer la exposición a las pantallas que tenían los pequeños. El resultado de este relevamiento fue que el 70% están frente a pantallas entre media hora y tres horas al día, y el 15%, tres horas o más. Esto supera ampliamente lo recomendado por la Asociación Americana de Pediatría, que establece un límite de una hora diaria por día hasta los cinco años.
Pantallas y sociabilización
“Nosotros en la investigación citamos diferentes autores y teorías. Hay profesionales que actualmente dicen que la utilización de estas pantallas son positivas y hay otros que hablan de la negatividad. Nosotros dentro de la positividad que encontramos de diferentes autores, lo que plantean es que se amplía el vocabulario de los niños. Pero después hablamos de la negatividad, que no solamente cómo afecta al lenguaje sino a todos los otros aspectos en el desarrollo de chicos de cuatro años”, explicó Agustina Saint Martin, una de las autoras de la investigación, a UNO Santa Fe.
“Nosotros planteamos que no es que está mal que el chico sepa que, por ejemplo, se dice «fresa». Lo positivo sería que él sepa que se dice «fresa» y «frutilla», pero lo negativo sería que si nosotros le decimos «frutilla», él no sepa de lo que estamos hablando”, especificó Saint Martin sobre estos cambios en el lenguaje.
La experta consideró que “lo que falta es información, que los adultos responsables sepan lo que puede llegar a generar el exceso de utilización de pantallas en estos chicos”.
Saint Martin aconsejó que “el chico en vez de ocupar esas tres o cuatro horas en frente a la pantalla las utilice jugando, estando con otros chicos, estando con la familia, haciendo algún deporte, estando en el club”, y enfatizó que “esas horas que están frente a la pantalla, están con una relación unidireccional, y se están perdiendo el ámbito de la sociabilización con lo importante que es a esa edad”.
Un concepto que subrayó la fonoaudióloga es el de incentivar la “calidad de tiempo”, abriendo también la posibilidad del aburrimiento.
“Desde el aburrirse nacen las ideas, la imaginación y todo lo que hace un chico que es maravilloso y mágico”, definió.
Qué miran los chicos
Del estudio se desprende que el 37,50% de los padres supervisa previamente el contenido que verán los pequeños. Por otra parte, el 33% está con el niño en la misma habitación pero realizando otra actividad, mientras que el 29% indicó que se encuentra al lado del niño interactuando con él mientras observa el contenido.
En cuanto al tipo de consumo, el 40% de los adultos responsables a cargo de los niños señaló que son dibujos animados de la televisión. En segundo lugar, el 22% indicó que el uso de pantallas es de YouTube, el 14% juegos, el 5% YouTube Kids y en menores porcentajes aparece música infantil, películas, televisión y juegos de Play Station.
Entre las caricaturas más elegidas por los niños se encuentra Peppa Pig, Héroes en Pijamas y PAW Patrol.