Gemma Romano tiene casi un año y medio y hoy se encuentra en emergencia nacional a la espera de un corazón. La pequeña, oriunda de Venado Tuerto, fue diagnosticada con miocardiopatía dilatada del ventrículo izquierdo y su única esperanza es recibir un trasplante. Actualmente se encuentra internada en la terapia intensiva del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Sur24 dialogó con su mamá, Melina, quien contó que actualmente la beba está, intubada, y recibiendo las atenciones necesarias. De todos modos la única forma de poder recuperar su vida normal y de disfrutar de su infancia como lo merece, es recibiendo un trasplante de corazón. “Es importante hablar de la donación de órganos pediátricos, que se tome conciencia de que se puede dar amor desde el dolor por la pérdida de un ser querido”, expresó.
La vida de Gemma cambió de un día para el otro. De estar jugando con sus tres hermanos mayores pasó a tener que estar en la habitación de un hospital las 24 horas, sufriendo las consecuencias de esta patología y de las prácticas médicas que recibe a diario.
“Ella nació muy bien, a término y tras un embarazo controlado con los electrocardiogramas fetales que permitían controlar su corazón. Los resultados siempre dieron perfectos”, contó, añadiendo que “al mes y medio, empiezo a notar cosas raras, como síntomas similares a un broncoespasmo, incluso la medicación que le daban era justamente para eso. Su médica, que no voy a dar el nombre, me dijo que se le acababan las herramientas porque no podía dar con lo que ella tenía, sin solicitar tampoco estudios para obtener un diagnóstico”.
Así fue que los padres deciden llevar a Gemma al Hospital regional “Dr. Gutiérrez” de Venado Tuerto, donde un médico le recetó una radiografía y análisis de sangre. El profesional “me mandó de nuevo a mi casa diciendo que estaba todo bien. Al día siguiente, regreso porque Gemma no respiraba bien y, gracias a Dios, la médica que nos atiende se da cuenta de que no era respiratorio, sino que era una cardiopatía”.
La pequeña fue trasladada de emergencia a Rosario y allí reciben el diagnóstico: una cardiopatía dilatada del ventrículo izquierdo. “Después de estar algunos días internada, salimos con el alta, pero al tiempo al tuvieron que volver a internar por una bronquiolitis, de la que también se recuperó. Ahora, tuvimos que regresar porque su insuficiencia cardíaca le provoca síntomas”, relató Melina desde el Hospital Italiano de Buenos Aires.
La noticia del trasplante
“Recibir la noticia fue duro para la familia, muy triste porque no lo esperábamos tan repentino, si bien sabíamos que era una opción para algún momento de su vida, ya que se trata de una cardiopatía que no se opera”, contó la mamá de Gemma, quien subrayó que, al ser tan pequeña, un año y 5 meses, no hay otras alternativas que la puedan ayudar a que su corazón aguante hasta que llegue su trasplante.
“Hoy Gemma necesita un corazón para vivir”, repite Melina con sus ojos llenos de lágrimas, sabiendo que está hablando de su pequeña hija.
Dar vida
Melina también hizo referencia a la importancia de la donación de órganos pediátricos. “Seguramente debe ser muy difícil para una familia la pérdida de un ser querido, pero tenemos que pensar que puede ser una luz entre tanta oscuridad, que un pedacito de ese niño o niña puede vivir en otro cuerpito”. Y agregó: “Perder un hijo debe ser el dolor más grande del mundo; de solo pensarlo se me eriza la piel, debe ser muy difícil. Pero sabemos que las cosas suceden, día a día, y, lamentablemente, tenemos que tomar conciencia de que hay muchos niños que están peleando por su vida; en Buenos Aires y alrededores son más de 200 que necesitan un trasplante y no hay donantes”.
Continuando en esta línea, consideró que “hay que ponerse en lugar del otro y saber que nadie está excepto de que le pase una situación así, por eso es tan importante la donación de órganos pediátricos”.
A las estadísticas que muestran la escasa donación de órganos pediátricos, se le suma la compatibilidad y tamaño, dos aspectos centrales al momento de determinar el destino de esos órganos.
“Una enfermedad de la que no se habla”
Por otro lado, Melina aconsejó a todas las embarazadas y madres que hagan los controles correspondientes porque la “miocardiopatía dilatada es una cardiopatía de la que no se habla, es silenciosa y en la mayoría de los casos no tiene síntomas. Además no se puede operar y no tiene cura”, sentenció.