Tras meses de trabajo, los estudiantes de la Escuela Técnica N°631 de San Carlos Centro ultiman detalles para participar en el prestigioso Desafío ECO YPF. Esta décima participación, los llena de emoción, y su vehículo eléctrico, ahora rojo y llamado “La Chicharra”, ha pasado por profundas modificaciones mecánicas y estéticas.
No solo los 16 alumnos han sido parte de este esfuerzo, sino toda la comunidad que, con su apoyo, permitió que este sueño fuera posible. Desde el año pasado, el equipo trabajó incansablemente, incluso en vacaciones, para perfeccionar el auto, optimizar su aerodinámica y garantizar que todo esté listo para la gran competencia en Concepción del Uruguay los días 1, 2 y 3 de noviembre.
“La competencia comenzó en 2012 y la escuela participa desde 2014. No se ha dejado de participar desde ese momento, es un proyecto muy importante que llevan adelante los chicos de 6°año”, destacó en diálogo con AIRE Carina Nepote, vicedirectora del establecimiento.
Nepote destacó la importancia que implica la construcción de un auto eléctrico, ya que conlleva un trabajo interdisciplinario que pone en juego una gran cantidad de contenidos que los alumnos trabajan durante el cursado.
Los estudiantes dividieron responsabilidades, desde tareas mecánicas hasta la organización de eventos para conseguir financiamiento, demostrando un sólido espíritu de trabajo en equipo. Cada decisión, desde el nuevo diseño más aerodinámico hasta el cambio de baterías, ha sido cuidadosamente pensada.
Los alumnos modificaron el chasis del automóvil.
Los aspectos de logística no quedan fuera, ya que los alumnos deben trasladarse hacia otra localidad en la que permanecerán los días que dure el evento. “Es una cuestión que atraviesa a la escuela y a la comunidad entera”, afirmó la vicedirectora del establecimiento.
Los alumnos trabajaron en el diseño y construcción del vehículo incluso durante las vacaciones de invierno. El hecho de haber trabajado con tiempo les genera una gran expectativa para hacerse del podio de la competencia.
“Nosotros nos pudimos organizar desde el año pasado, ya nos juntamos en un grupo de WhatsApp los que queríamos participar”, contó Mateo Bartolé, alumno del curso.
El objetivo era saber quiénes se iban a sumar para poder dividir las tareas y responsabilidades que fueron desde el trabajo mecánico, hasta conseguir materiales y financiamiento. “Fue todo una organización y un trabajo en equipo”, agregó Mateo.
La construcción del vehículo conlleva la compra de materiales que son financiados por medio de beneficios, diferentes sponsors, instituciones públicas y privadas, y eventos que los alumnos llevan adelante.
“Ahora tenemos un auto bastante armado y la ilusión de lo que pueda llegar a pasar ese fin de semana”, agregó Mateo.
Los cambios que sufrió el modelo
Este año, el modelo del vehículo sufrió una importante cantidad de reformas mecánicas y estéticas. El auto que antes era verde y había sido bautizado como “El colibrí” pasó a ser de color rojo y se llama “La chicharra”.
A nivel estructural, los chicos achicaron el chasis para que sea un auto más fino y aerodinámico. También modificaron la trompa y la hicieron más puntiaguda.
“Hicimos un par de cambios en el tren trasero del auto”, aseguró Juan Bovo, integrante del equipo.
Los fierros del cuadro se hicieron con caño redondo cuando antes era cuadrado, lo que sería la parte exterior del auto, las chapas están bien al ras, cuando antiguamente tenía pontones y forma. “Ahora hicimos todo bien al ras del de lo que sería el cuadro. — detalló Juan— La idea era hacer un auto más fino y chico para mejorar lo que es la aerodinámica”.
El vehículo pesa entre 95 a 100 kilos y alcanza los 45 kilómetros por hora.
Este año los alumnos lograron cambiar las baterías del auto que eran utilizadas desde hace tres años. El motor y la caja controladora del auto son enviados por los organizadores del evento y no pueden ser modificados.
El auto alcanza una velocidad que oscila entre los 40 y los 45 kilómetros por hora, el piloto es elegido por una cuestión de peso. Los kilos que debe tener el auto más piloto rondan entre los 155 a 180 kilos. “Nuestro auto pesa alrededor de 95 y 100 kilos, y tenemos pilotos que también pesan entre 55 y 57 kilos. Son dos hombres y una mujer”, explicó el joven.
El trabajo, la dedicación y la planificación que le dedicaron a “La Chicharra”, genera altas expectativas en los 16 integrantes del equipo y el esfuerzo de toda una comunidad.
Fuente: Aire Digital