Fue el viernes 19 de agosto de 2022, al mediodía, en medio de una brisa preprimaveral, cuando Martín Kunz llegó a la ruta 1 para desatar uno de los inéditos y más crueles ataques criminales que la historia reciente tuvo en la ciudad de Santa Fe y la región.
Este sábado se cumplió un año de aquella violenta y horrorosa secuencia que tuvo víctimas y protagonistas a un grupo de estudiantes del Liceo Militar Manuel Belgrano y al chofer de una tráffic que los trasladaba hasta la ciudad de San Javier. Aquel día, Kunz amaneció en su casa de Humboldt, un pequeño poblado de 6 mil habitantes situado a 60 kilómetros de la capital provincial. Un rato antes de las 7.45 se despidió de su madre y le dijo que viajaba hasta Santa Fe para jugar al futbol y comer unos choripanes con unos amigos y que volvería a la tardecita. La vuelta iba a ser con su hermano, ya que dos días antes había cumplido 19 años, por lo que para ese viernes estaba previsto que cenen con su madre unas empanadas y una torta de chocolate y así festejar su nuevo natalicio.
Sin embargo, aquellos planes familiares se truncaron unas horas antes, cuando Kunz arribó a la ruta provincial 1 y esperó el arribo de la tráficc del Transporte Tío Mario, que trasladaba a un grupo de cadetes, de entre 13 y 17 años, hasta San Javier. Como era habitual, la combi paró al mediodía en la panadería La Perla de Colastiné para que los chicos buscaran un refrigerio. Por alguna razón, ese dato Kunz lo tenía. Y lo iba a aprovechar.
A las 13.10, el joven de 19 años subió a la traffic y sorprendió al chofer Rubén Isidro “Bigote” Walesberg quien al ver al excadete le preguntó “qué haces” y como respuesta recibió un puntazo en la cara que lo hizo descender del vehículo, caminar unos pasos y caer justo en la puerta de la panadería en donde murió. La ira homicida de Kunz se extendió hasta el sector trasero de la traffic en donde apuñaló a otros liceístas. Inclusive, uno recibió un puntazo en el cuello, pero salvó su vida, ya que pudo bajar de la combi. El resto quedó a merced del agresor que obligó a uno de los cadetes a manejar el vehículo y circular a toda velocidad por ruta 1. La huida se extendió durante seis kilómetros hasta que al llegar a calle Bonsembiante policías del Comando de la Costa lograron interceptar la combi y rescatar a los liceístas que habían quedado a merced de Kunz, el cual, tras la intervención policial, fue reducido inmediatamente.
Desde entonces se inició una causa judicial que quedó a cargo de la fiscal Ana Laura Gioria que imputó a Kunz en tribunales el homicidio de Walesberg y cuatro tentativas de homicidio calificado, criminis causae y privación ilegítima de la libertad de los cadetes, entre los cuales se encontraban los que fueron apuñalados y se salvaron de milagro. El 23 de agosto, el juez Héctor Gabriel Candioti dictó la prisión preventiva del excadete y dispuso que permanezca detenido en la cárcel de Las Flores, en donde un mes después, en medio de una visita familiar, protagonizó un intento de fuga del penal santafesino.
Todo ocurrió el 20 de septiembre cuando su hermano fue a visitarlo a la prisión y terminó siendo amenazado por Kunz, que con un tenedor en mano lo presionó para que ocupe su lugar para así poder escapar de la Unidad Penitenciaria II. Sin embargo, al pasar un control, un guardia del Servicio Penitenciario lo reconoció y retuvo. Producto de ese intento de evasión, las autoridades penitenciarias ordenaron el traslado de Kunz hasta la cárcel de Coronda, en donde permanece detenido en el pabellón 5.
La prisión preventiva fue luego confirmada por el juez de la Cámara de Apelaciones, Fernando Gentile Bersano, que ratificó el encierro preventivo de Kunz hasta tanto la causa llegue a juicio oral en tribunales. Si bien la investigación se encuentra prácticamente culminada, la fiscal del caso, sigue la pista del teléfono de Kunz que le fue secuestrado del día del ataque en ruta 1 y el cual hasta el momento no pudo ser peritado. De hecho, hubo dos intentos de apertura, pero no hubo resultados positivos. En ese dispositivo, estiman los investigadores, puede haber información (o no) que permita establecer cuál fue el móvil del ataque de Kunz, algo que hasta el momento no quedó claro y es una clara una incógnita.
Fuente: Aire Digital