Pasaron 42 años del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano en la Guerra de Malvinas, oportunidad en la que perdieron la vida 323 tripulantes.
El 2 de mayo de 1982 el conflicto bélico entre el Reino Unido y Argentina por las Islas Malvinas tomó un giro decisivo.
El ataque al buque argentino que terminó hundido fue motivo de polémica y debate internacional, ya que estaba fuera de la zona de exclusión, es decir fuera del área de combate, decisión tomada por la ministra británica del momento, Margaret Thatcher.
El crucero se hundió en 45 minutos, tenía 185 metros de largo y diez cubiertas, pero fueron tan grandes las averías que resultó imposible poder mantenerlo a flote.
Al momento de ser atacado y hundido, el crucero y sus dos destructores que hacían de escolta no navegaban al sur e iban por fuera de dicha zona de exclusión de la Guerra de Malvinas. Pero en su momento el Reino Unido se había reservado el derecho de atacar a cualquier nave o aeronave, dentro o fuera de la zona de exclusión, que considere un peligro para sus fuerzas.
Los días previos al hundimiento del ARA General Belgrano
La última página de su historia en la Flota de Mar comenzó a escribirse el 16 de abril de 1982 a las 11.50, cuando el buque con sus 1.093 tripulantes zarpó de la dársena de la Base Naval Puerto Belgrano rumbo a Tierra del Fuego. El 24 de abril fue la última vez que soltaría amarras desde el puerto de Ushuaia. La misión encomendada era mantenerse fuera del área de exclusión vigilando las intenciones de las fuerzas enemigas. En Ushuaia se reunió con los destructores ARA “Piedrabuena” y ARA “Bouchard” y el petrolero “Puerto Rosales”.
El 1° de mayo, con rumbo Este navegaba hacia el sector asignado, sin saber que el submarino nuclear HMS “Conqueror” ya lo tenían debajo del casco siguiéndolo con sigilo, y buscando el momento justo para abrir fuego. Fue el 2 de mayo a las 16.02 cuando el primer torpedo del submarino impactó en la sala de máquinas del “Belgrano”; el segundo le destruyó la proa y el buque comenzó a irse a pique. A las 16:23, el Comandante dio la orden a su tripulación de abandonar el buque.
El crucero tardó una hora en irse a pique a 4.200 metros bajo el mar, en el fondo de la cuenca de Los Yaganes, al sur de las Islas Malvinas. Fue la mayor tragedia naval de la historia de la Armada Argentina. Casi 300 hombres murieron en el primer instante del ataque; el resto falleció en las balsas por las heridas, el frío o el oleaje que se los llevó a lo profundo. El crucero ARA General Belgrano estaba a 210 millas al sur de la isla Gran Malvina. Algunos de los sobrevivientes fueron rescatados 24 horas después, cuando se mantenían en las balsas de emergencia.
El Estado argentino nunca reclamó ante la comunidad internacional que el bombardeo del Belgrano fuera un crimen de guerra.
Familiares de soldados argentinos que murieron en el ataque al General Belgrano denunciaron a Thatcher ante el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo en 2000, pero los jueces desestimaron el caso.
El Crucero ARA General Belgrano, en el fondo del mar
Los restos del Crucero ARA General Belgrano aún duermen en lo profundo del lecho del Atlántico Sur. En el 2003, la Armada Argentina y National Geographic, que quería hacer un documental sobre el navío, intentaron hallar el esqueleto oxidado del viejo acorazado hundido. Sin embargo, luego de varios intentos, fallaron en su misión.
La Armada y el equipo de la NGS estuvieron casi dos semanas buscándolo. Pero las adversas condiciones climáticas que se registraron en la zona de rastrillaje, con olas de 9 metros y vientos de más de 60 nudos, imposibilitaron los trabajos. A pesar de los esfuerzos y la tecnología utilizadas en la expedición, el equipo de Nat Geo no logró hallar los restos del gigantesco buque. Por eso, lo único de lo que se puede estar seguro es que la ubicación exacta del ARA General Belgrano y su estado actual de conservación seguirán siendo un misterio.